Las Buenas Prácticas Agrícolas son el conjunto de normas que aplicamos para una gestión sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Nuestro objetivo es producir la materia prima de mayor calidad y salubridad con el menor impacto medioambiental posible.
Sostenibilidad y ecocompatibilidad
Los objetivos de nuestras Buenas Prácticas Agrícolas son:
• respetar los recursos naturales (aire, agua, suelo) a través de la optimización de las intervenciones agronómicas y la racionalización de los insumos externos;
- producir una materia prima de calidad lo más adecuada posible para nuestro proceso de transformación;
- garantizar la seguridad sanitaria del producto final.
Para cumplir con estos objetivos realizamos un seguimiento continuo de nuestros cultivos a través de métodos de autocontrol a lo largo del proceso productivo, como los análisis frecuentes del suelo, de las plantas o de la acción de los patógenos.
Rotación de cultivos
Rotamos los cultivos para mantener y mejorar la fertilidad del suelo, y cada año alternamos la siembra de nuestro trigo duro con la de cultivos de mejora (trébol, habas, guisantes, garbanzos) o de renovación (girasol).
Innovación digital
Mapas satelitales mensuales de vegetación
para el seguimiento del desarrollo vegetativo de los cultivos
Sistema de soporte a las decisiones (DSS por sus siglas en inglés)
Desde el laboreo hasta la cosecha del grano, nuestras decisiones están asistidas por un sistema digital de soporte a las decisiones (DSS por sus siglas en inglés) que nos proporciona datos sobre cada operación de cultivo a través del procesamiento de información climática, agronómica y de variedad.
Recurrir a las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) significa tener una visión de conjunto de nuestro sistema de agricultura. Y este enfoque funcional nos permite alcanzar el objetivo de la sostenibilidad ambiental, económica y social.